Saltar la valla para pasear el carrito.
No nos damos cuenta, es casi imperceptible, pero hay un nuevo sonido en las ciudades que lo inunda todo. En realidad, no es nuevo, siempre ha estado ahí pero últimamente se ha hecho muy persistente. Tanto que nos hemos inmunizado. Es el sonido de los carritos de la compra arrastrados por los miles de nómadas urbanos que pueblan nuestras ciudades.
No sé si vosotros os fijáis. No sé si os llama la atención. Pero a mí es un fenómeno que me perturba. Me llena de tristeza encontrármelos cada mañana y cada noche. En cada esquina y en cualquier callejón. Hay tantos vagando de contenedor en contenedor que hemos llegado a acostumbrarnos. Nos parece lo más normal del mundo que un ser humano, con el mismo sentido del ridículo que nosotros, se pasee por la ciudad con una carrito de la compra lleno de la mierda más decente que ha encontrado escarbando entre los desperdicios de otro ser humano que se cree mucho más digno por el hecho de llevar su mierda por dentro y no en un carrito a la vista de todos. Este paseíllo, palo de la basura en mano, se replica cada quinientos metros y esa regularidad está arrastrando la escena hacia la normalidad, hacia una marginalidad socialmente aceptada. Tanto que algunos se han tomado la libertad de convertir a un homeless en estrella hipster. La frivolidad y la falta de contacto con la realidad empiezan a ser preocupantes.
Cuando escucho hoy en las noticias que 400 inmigrantes han intentado saltar la valla, otra vez (y ya van unos cuantos intentos en el último mes y medio), después de lo ocurrido en Ceuta el 6 de febrero, un escalofrío me recorre el cuerpo y rápidamente me asalta una pregunta: ¿por qué? Por qué arriesgarse a morir. Por qué venir a un país que no ofrece oportunidades. Por qué soñar con España, el lugar en el que aspiras a pasear, palito en mano, con un carrito robado de Mercadona. Por qué venir cuando todo el mundo quiere huir. Y entonces pienso en lo afortunados que somos y en lo difícil que debe ser vivir inmerso en la desesperación, y no en la frustración absurda y vacua del hemisferio norte.
![Ropa-ensangrentada-valla-Melilla](http://marujeopostmoderno.files.wordpress.com/2014/03/ropa-ensangrentada-valla-melilla.jpg?w=620)
Y esta reflexión, inevitablemente, me lleva a otra. Hace unos años, cuando todos éramos muy felices chupando del bote, comprándonos pisos, pidiendo préstamos personales y llenándonos los bolsillos a sabiendas de que algo no iba bien, los extranjeros empezaban a poblar nuestras ciudades. Su misión era quitar de en medio todos los puestos de trabajo miserables que los españolitos venidos a más no querían ocupar. Entonces los negros, los moros, los sudacas y los chinos (porque son todos chinos, da igual de dónde vengan) estaban mal vistos. Molestaban, nos invadían, usurpaban el empleo. ¿Por qué no se quedan en su país?, repetía la gente en la calle. Porque allí no tienen oportunidades, porque quieren aspirar a más, porque tienen derecho a un futuro mejor. ¿Os suena? Pues sí, es exactamente la misma moto que nos autovendemos para justificar la marcha masiva de españoles. A lo que hacen los demás lo llamamos invasión de muertos de hambre. A lo que hacemos nosotros, fuga de cerebros. Qué curioso, ¿no? ¿Qué pasa, que si no hay aspiraciones profesionales de por medio no es lícito esperar algo mejor de la vida? ¿Acaso sobrevivir no es la mejor de las aspiraciones?
Cuando yo era adolescente, una y mil veces me peleé con conocidos por comentarios racistas. Ignorancia, falta de empatía, desconocimiento de otras realidades… Pero entonces ser racista estaba bien visto. Era una actitud socialmente aceptada. Teníamos un pastel muy jugoso y no queríamos compartirlo. Normal, ¿no? La mía es una generación que no ha tenido carencias de ningún tipo. Hasta ahora. Y que no ha vivido en sus carnes la necesidad de marcharse de su propio país. Hasta ahora. Hemos sido muy racistas porque no hemos sabido lo que significa estar lejos de casa. Hasta ahora. Por eso ahora, si un alemán se mete con un español, nos jode, nos hiere, nos golpea en lo más profundo de nuestro orgullo. Pero cuando de nuestras bocas salía la expresión “moro de mierda” no pensamos que pudiera molestar a nadie. Porque para eso estábamos en nuestro país. ¿No?
Solo espero que al menos esta farsa de crisis nos devuelva la empatía, la solidaridad y el respeto hacia los seres humanos por el mero hecho de serlo.
Me gusta:
Me gusta Cargando...
Estoy completamente de acuerdo con José Luis en que el cambio ha de venir desde cada uno de nosotros. En el momento en que renunciemos a cada uno de los caprichos absurdos que nos rodean en nuestro día a día, podremos hablar de cambio. Pero, es muy complicado hacerlo. Y estoy con el resto en que intentar aportar voluntad y esfuerzo en que la cosa no sea todavía peor es lo mínimo que podemos hacer. Pero mientras sigamos comprando en Zara, Mercadona, llevemos la última tecnología encima y estemos absolutamente sometidos a la tiranía de internet y la información, estamos tan pringados como el que más. Y yo me incluyo, por supuesto, en esta lista, eh? Soy una adicta a los privilegios del primer mundo pero eso no me hace ciega o sorda hacia el problema. Y es una putada porque si vives dentro del sistema pero ignorante de lo que significa, seguro que vives mucho más tranquilo y con menos sentimiento de culpa. En fin, es lo de siempre. Siempre me quedará escribir sobre ello y, al menos, hacer reflexionar a la gente un poquito.
Cómo me gusta que me animéis el blog; ) Por desgracia, esta semana no he tenido tiempo de leerme con calma cada uno de vuestros comentarios. Pero este finde prometo rigurosa lectura y contestar a todos. Gracias, majetes.
Tengo un amigo que me dice que eso que algunos llaman “estado del bienestar” el cree que deberia llamarse “estado del malvivir y del peor morir”. Creo que no le falta razon! ;-)
L… no se trata de educación, se trata de humanización de nuestras relaciones. Se trata de eliminar de nuestras cabezas la version darwiniana de la vida, esa version que nos han inculcado y que nos ha llevado a creer que en el mundo solo sobreviven los mejores….
Hace un tiempo cai en la cuenta de algo que me gustaria compartir con vosotros. El concepto de “sociedad civilizada” ¿Que entendemos por una sociedad “civilizada”? Yo entiendo por una “sociedad civilizada” a aquella en la que se prima la paz, la armonia y el respeto por encima de todo. Desde este paradigma lo que tengo muy claro es que no somos civilizados, en todo caso somos amaestrados… pero de civilizados lo estamos muuuuuuuuuy poco.
En fin… besooooooootes pa todos!!
Totalmente de acuerdo. Las generalizaciones siempre son peligrosas. No todos somos unos xenófobos, ni todos los inmigrantes merecen nuestro respeto, pero también es cierto que a menudo pagan justos por pecadores y que existen muchas personas xenófobas en España. Incluso diría que desde la crisis hay más racismo que antes. Y más independentismo, pero este es otro tema.
No entiendo por qué el Estado español, por poner un ejemplo, debe proteger a los españoles y no a todos los humanos que vivan (honradamente) en el país y contribuyan. Muchos hablan nuestro idioma, están integrados y pagan impuestos como todo el mundo. La diferencia es que no nacieron aquí ¿y? ¿A caso todo el mundo debe quedarse en el lugar que nació?
A mi me encantaba ver en Inglaterra médicos indios, hombres de negocios pakistaníes, profesores chinos, etc. Esto en España es impensable. ¿Por qué aquí un marroquí con título de veterinario debe acabar en la obra?
Espero que con educación y con el paso del tiempo cada vez nos acostumbremos más a convivir con personas extranjeras y los dejemos de ver como una amenaza y verlos como humanos que tienen tanto derecho como nosotros a una vida digna. Y hablo por supuesto de los extranjeros honrados, no de los delincuentes, que también hay muchos.
A mí me da una pena tremenda todo este tema. Lo que se juegan muchos para poder venir a España, y las decepciones que se llevan unos cuantos. Son daños colaterales de nuestro bienestar. También creo que es peligroso generalizar, tanto para un lado como para el otro. Ni todos los inmigrantes son honrados trabajadores, ni todos los españoles somos unos xenófobos. Yo he vivido varios casos de discriminación positiva, y entiendo que haya gente que se cabree según con qué cosas se encuentre.
Por otro lado, estos pobres muchachos que cruzan la frontera, son tan solo la punta del iceberg del coste de mantenimiento del primer mundo.
Sí, estoy de acuerdo con vosotros en que el cambio lo tenemos que hacer todos nosotros. Yo también lo intento en la medida de lo posible. Me considero una persona muy respetuosa con otras etnias e intento transmitir valores de igualdad siempre que puedo a nuestros jóvenes y no tan jóvenes. Lo único que digo es que lamentablemente no soy tan optimista como vosotros en que esta crisis vaya a hacer a la mayoría de personas más humanas. Y repito, ¡ojalá me equivoque! Pero me baso en lo que leo en los periódicos y en lo que veo.
El cambio debe hacerse desde la educación y desde la transmisión de unos valores de igualdad y sí, aportando todos nuestro granito de arena. Los inmigrantes no son nuestros enemigos. Es lo único que quería decir y lo que debería decirse también en los medios de comunicación. De ahí que me guste mucho este post de Iris.
Estoy totalmente de acuerdo en que el cambio se debe hacer desde dentro. Desde nuestros hogares, donde ahí debemos enseñar valores. Nos preocupamos demasiado en que nuestros hijos tengan un nivel elevado de inglés, un excelente en matemáticas y un crack con la tablet pero no enseñamos solidaridad. Cuantos padres llevan a sus hijos a comedores sociales? Cuantos padres se preocupan de que sus hijos respeten al prójimo, independientemente de que sea de la raza, ideología y religión que sea?
Los cambios vienen de dentro y muy adentro,
Una pequeña puntualizacion: creo que debemos separar a las personas que vienen a labrarse un futuro mejor en este Pais a aquellas mafias organizadas que vienen a delinquir y que don profesionales de la mendicidad. Creo que todos sabemos diferenciar.
Yo estuve colaborando con Cruz Roja unos años en Canarias y creedme que hay que estar muy desesperado para hacer lo que hace esta pobre gente. Aquí, ni por asomo, llegaríamos a una cuarta parte de aguante…..horroroso y desolador.
L, discrepo una vez mas contigo… jajajaja! ;-)
La primera ignorancia es tirar pelotas fuera y decir que el problema es por los demás… cada uno de nosotros ponemos nuestro ladrillito en construir esta inmensa mole capitalista. El problema somos NOSOTROS, uno a uno, es nuestra postura individual la que, en el plano colectivo, se transforma en este monstruo social.
Te recomiendo un librito, que solo vale 9 euros, que se llama “Manifiesto contra la Modernidad”. Vale la pena leerselo.
Sólo hay un modo de salir de aquí… y no es cambiando el mundo, es cambiando nosotros. Si no cambiamos nosotros… mal rollo para cambiar el mundo. Si seguimos pensando en terminos de sueldo, trabajo y riqueza el mundo hará lo mismo.
Besoooooooootes!!
Genial artículo! Entre tanto comentario xenófobo, se agradece leer un texto tan humano. Yo he sido inmigrante y sé lo que significa vivir en un país en el que para algunos supones una amenaza, y no sé si por esta experiencia o por mi ética tengo mucha empatía y respeto hacia los extranjeros que deciden abandonar sus hogares en búsqueda de una vida mejor. Todos tenemos derecho a ello. Sin embargo, dudo muchísimo que esta crisis nos haga más humanos o traiga algo bueno (bueno, nada bueno a la clase obrera y a los inmigrantes, a los altos directivos mucho).
Ojalá fuera así! Pero en mi opinión hay más racismo ahora que nunca. En tiempos de bonanza, cuando los inmigrantes ocupaban los puestos que los españolitos no queríamos, ya nos iba bien, pero ahora que el trabajo escasea queremos ocupar estos puestos que antes rechazábamos y ahora sí que nos sobran y los despreciamos como si fueran el origen de todos nuestros males.
Y el problema es siempre que no sabemos quién es nuestro enemigo, que no es ni el pobre inmigrante, ni los jubilados, ni los funcionarios, ni ninguna persona que se gana un sueldo modesto dignamente. El problema es la corrupción y la mala distribución del capital. Y la ignorancia de algunas personas.
Solo espero que esta crisis nos haga más humanos… con poca humanidad nos estabamos quedando. Si perdemos la poca que nos queda (el trans-humanismo está a la vuelta de la esquina) todo habrá sido en vano…